
De la postguerra a la economía circular contemporánea
Neusus Urban continúa esta tradición con soluciones sostenibles como Neucrete, redefiniendo el futuro de la construcción.
La historia del reciclaje es, en esencia, la historia de la humanidad enfrentando la escasez con ingenio. Tras los grandes conflictos bélicos, los desechos de la guerra no solo contaban historias de destrucción, sino que también ofrecían nuevas oportunidades parala reconstrucción. Como señaló el historiador John Kenneth Galbraith, “la necesidad agudiza el ingenio”, y en la posguerra esta premisa se convirtió en una filosofía de supervivencia. La reutilización de materiales es un testimonio de la creatividad humana ante la adversidad.
En el Reino Unido, la posguerra dejó un excedente de materiales que fueron reconvertidos para usos civiles. Uno de los ejemplos más icónicos de esta reutilización fueron las camillas metálicas utilizadas para transportar heridos en los bombardeos. Ante su abundancia, muchas de ellas fueron reconvertidas en vallas para parques y viviendas, convirtiéndose en un legado tangible de la adaptabilidad social. Este gesto de ingeniería espontánea, que hoy podría considerarse una forma primitiva de economía circular, reveló la capacidad colectiva de transformarlos restos del conflicto en parte del tejido urbano.

Hacia 1944, en medio del caos dela Segunda Guerra Mundial, la industria aeronáutica estadounidense sufrió una disminución en la producción de aviones de combate. Ante la necesidad de reinventarse, muchas fábricas adaptaron sus materiales y procesos para desarrollar viviendas prefabricadas destinadas a los trabajadores de la reconstrucción. El arquitecto y diseñador Richard Buckminster Fuller, visionario de las estructuras industrializadas, concibió la Casa Wichita, una innovadora vivienda modular revestida con el mismo aluminio Duralium utilizado en los aviones Beech. Esta creación representó un hito en la arquitectura industrial y demostró que los materiales concebidos para la guerra podían transformarse en soluciones para la paz.
La creatividad ante la escasez también se manifestó en la antigua URSS y Europa Central, donde la falta de materias primas impulsó la reutilización masiva de materiales militares. Cascos metálicos, que alguna vez protegieron a los soldados en las trincheras, fueron recolectados y enviados a fábricas para ser refundidos y convertidos en utensilios de cocina. Ollas, cacerolas y sartenes nacieron del acero que antes había servido para la guerra, ilustrando la capacidad de transformar instrumentos de destrucción en elementos para la vida cotidiana. Como señala el historiador Timothy Snyder, “la guerra deja rastros no solo en la memoria, sino en los objetos que nos rodean”, y estos objetos reciclados fueron parte de la reconstrucción de la posguerra.
Otro símbolo de la adaptabilidad posbélica fueron los cobertizos Nissen, estructuras semicirculares diseñadas originalmente para uso militar. Si bien muchos fueron reutilizados por los gobiernos, en lugares como Belmont North, un suburbio de Newcastle en Australia, cincuenta cobertizos Nissen fueron adaptados como viviendas para inmigrantes británicos que llegaban a un país en plena reconstrucción. Su versatilidad permitió que estas estructuras sirvieran también como graneros, iglesias, hospitales y centros comunitarios en distintas partes del mundo, consolidando su lugar en la historia como un ejemplo de arquitectura funcional reciclada.

Esta reutilización de infraestructuras también se evidenció en Alemania, donde cientos de búnkeres construidos durante la Segunda Guerra Mundial y la Guerra Fría han sido reconvertidos en espacios culturales, museos e incluso viviendas. Un ejemplo emblemático es el Berlin Story Bunker, restaurado para albergar exposiciones históricas. El arte y la historia encontraron un nuevo refugio en estas estructuras diseñadas originalmente para la supervivencia, reafirmando que la arquitectura puede resignificarse con el tiempo.

La reutilización de residuos como generador de recursos es un concepto que responde a los retos sociales y ambientales de nuestra era. En un contexto marcado por la crisis climática, se ha vuelto esencial aplicar los principios de circularidad en la economía y la industria. Empresas como Neusus Urban están liderando este cambio a través de procesos de reciclaje innovadores que transforman desechos en soluciones sostenibles. Mediante el reciclaje de NFU (Neumáticos Fuera de Uso) y polietileno y el desarrollo de la tecnología Neucrete, un hormigón sostenible que no solo reduce la huella de carbono, sino que también redefine el uso de materiales reciclados en la construcción urbana. Esta revolución en el diseño arquitectónico y urbano es un reflejo de la filosofía de reutilización que ha evolucionado desde la posguerra hasta convertirse en un eje central de la arquitectura sostenible contemporánea.
